Yo, damas. Yo, caballeros. Yo. Yo soy el alfa y el omega de esta breve charla en
la que pongo el mundo de la literatura a los pies de los caballos del
Apocalipsis. Porque yo soy la cumbre más alta de las letras universales. Fuera de mí no
hay nada. No existe una historia de la literatura, a no ser que yo me la
invente. No es posible el futuro si yo no lo pongo por escrito. Pero recuerden
que yo no escribo para cambiar el mundo, pues el mundo soy yo y soy inmutable.
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