Hay siempre algo de locura en el amor,pero siempre hay algo de razón de la locura. ( Friedrich Nietzsche)

domingo, 12 de febrero de 2012

Promesa

 Relación como vínculo que conjuga a los componentes. Esos amantes sumergidos, secretos y arrebatadoramente carnales. ¿Desempatamos? Mientras, aquí y hoy, PROMESA.


Hablan de un juicio. Hablan de la memoria histórica. Hablan de un juez. Y no me quedo con eso. Habla una mujer mayor de pelo blanco, con una voz que parece quedarse sin aire. Cuenta cómo mataron a su madre en el ´36 cuando ella tenía seis años, comenta que la desnudaron y echaron la ropa hacia unas zarzas. Narra la búsqueda del cuerpo durante toda su vida, ahora tiene ochenta y dos años. Y habla de una promesa. La promesa a su padre, antes de su muerte, de continuar la búsqueda. La promesa de encontrarla y poder, por fin, decirle adiós. Porque quizás la búsqueda, el encuentro y la promesa cumplida será como encontrar bajo esa tierra un pedazo de cielo.  

Me he prometido un baño caliente y largo. Me he prometido un tiempo de mente en blanco. Una promesa de quietud y relax. Las promesas con uno mismo, a veces, son las más difíciles de cumplir. Hay momentos en los que uno promete, a sí mismo o al otro, tantas cosas mientras sueña despierto o piensa en voz alta que no es ni consciente de toda la ofrenda. La esperanza siempre promete; miedos y pereza serán decisivos en el cumplimiento. Lo peor de la promesa es que puede volverse correa que nos ata a la frustración de ver todo lo que no hemos hecho.

La promesa puede ser augurio, una señal que llega para decirnos algo. Para ellos, este año promete ser el gran año, el año del dragón . Cada nacimiento es una nueva promesa. Promesa puede ser ofrecimiento o garantía. Pacto quizás. Unas flores o el mar entero. Mi tiempo y mis ganas. Una carta mientras me despido en un aeropuerto. Promesa de una espera, de un nuevo encuentro, allí o allá, con el lugar y la fecha todavía incógnitos pero encontrarse de nuevo y por supuesto, mejorados. Promesa siempre habla de voluntad y compromiso. Y el compromiso no es más que la promesa con el otro, ese pacto del que hablábamos. Hay promesas que se hacen sin palabras, ni firmas, ni cuños. Esos compromisos libres, lejos de la palabra obligación. Así deberían de ser todas las promesas, desde el deseo y las ansias de cada uno. Las promesas siempre esperan ser cumplidas y, hay que cumplirlas hasta el final. Siempre.




Mi angelito de San Valentín tiró la flecha para otro lado...

No hay comentarios:

Publicar un comentario