UNA PALABRA Parece que tras la tormenta todo el aire queda limpio, como invitándote a respirar profundamente. La tormenta ha pasado. Estaba leyendo, viendo otros blogs, poniendo un poco de orden en todo esto. No escribo desde hace tiempo, últimamente mi escenario se ha tambaleado en diversas y consecutivas ocasiones por lo que no encontraba el momento para escribir o el momento no me encontraba a mi. Y esto se ha inventado para escribir, para publicar. Un blog es algo donde mostrar lo que nos apetece, desde moda a rock&roll. En concreto, este es mi rincón para hablar, y lo extraordinario es que pueda dialogar, reír, llorar, discrepar, coincidir, pero que siempre podamos llegar a ese maravilloso estado llamado conversación. Siempre se acaba aludiendo al verbo hablar, parece que todos hablan mientras nadie escucha, quizás porque nos olvidamos que escuchando aprendemos a hablar. Escuchando aprendemos a escuchar. Escuchando aprendemos casi todo.
Me llegan a la mente tres palabras cogidas de la mano. Susurro, aliento y suspiro. Me han gustado mucho, por su fonética, por su significado, y sobretodo por lo que evocan para mi. Cierto es que hay palabras que inspiran. Y he pensado que el post podría englobar a las tres, tal y como han llegado hasta aquí. Hay un elemento que las une: el aire. Ese que nos dá vida y ese que tanto necesitamos ahora. Aire fresco que se cuele por esta ventana.
Susurro tu nombre, por si me escuchas. Quizás lanzándolo al aire llegará a ti, dondequiera que estés. Los susurros portan las palabras que salen del corazón, guardan los secretos. Es el envoltorio para las palabras que viven en las distancias cortas. Esos secretos contados al oído suaves e íntimos. O esas palabritas mágicas que nos decimos a nosotros mismos, sólo para nosotros. El viento susurra entre las hojas de los árboles. Ayer susurraba y silbaba tras la ventana, ahí afuera. Era el murmullo de la realidad.
A diario nos quedamos sin aliento. Nos sentimos ahogados por la vorágine que nos acecha y no encontramos aire para continuar la andanza. Incluso teniendo aire carecemos de aliento. Aliento también es el empuje que nos lleva adelante, el valor de ir hacia lo que deseamos cuando los ánimos fallan. Hay personas que usurpan alientos ajenos, y otras, maravillosas, expertas en crearlo allí donde pisan. Hay miradas y sonrisas que nos llenan de aliento. Y es que a veces tan sólo necesitamos eso, un poco de aliento aunque no tenga aire.
Decía Shakespeare que "tosemos para aclarar la garganta y suspiramos para aclarar el corazón" y puede que tuviese razón. El suspiro viene para aliviar, como una vía para que se marche todo lo que sobra, toda la presión, todo el peso que nos aprieta el corazón. Con el suspiro quedamos ligeros. Evoco unos suspiros particulares, suspiros que llevan tu nombre, porque ese suspiro en el que pienso ahora mismo es sólamente tuyo. Aunque tú no lo sepas, y quizás nunca llegues a saberlo. Inspiramos, aguantamos y soltamos de golpe como queriendo mandar lejísimos y sin vuelta a esa carga que nos oprime.Quizás buscando una respuesta. A veces necesitamos ver, oír, oler, sentir algo que nos arranque un suspiro, y quedará (casi) todo dicho. Un suspiro para ti.
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